
Mundo De Dos Inquisiciones
Muchos dudan de la existencia de los mundos mágicos, y mas en estos tiempos, así que dudan de todo aquello que su mente analítica, conservadora y lógica no logre comprender. Sin embargo en pleno sigo XX sucedió una historia que muy pocos conocen y que se desarrollo en un pueblo muy tranquilo llamado huehue, que significa viejo, y no podía haber un nombre mejor para este pueblo.
Era uno de los pueblos con mayor tiempo asentado en la zona, por lo que siempre estuvo rodeado de misticismos y leyendas, hasta que llego la era de la informática, y sucedió lo que a toda la civilización le sucede, el hombre en su afán modernizador fue olvidando sus raíces, su genética, su pasado, pero lo mas alarmante no era eso, lo mas preocupante era que la juventud no tenia identidad, nadie sabia quien era, o a que había venido al mundo. Una chica en busca de su identidad se encontró con un gran pasado lleno de misterio que jamás imagino llegar a conocer.
Dentro de la escuela secundaria “Rene Descartes” existen dos establecimientos de comida, pero hay uno muy popular entre los chicos es una cafetería que se llama “Sócrates”, en la cual se reúnen todos los días un grupo de chicas que escuchan atentamente a la que esta sentada entre ellas, que con una suave y plausible voz les habla…
…”Iba caminando Marisol por la calle, cuando de repente un potente brazo la detuvo, no lo podía creer, ¿Por qué le pasaba eso precisamente a ella? Le sujetaban con potencia el brazo, y al intentarse soltar lo único que conseguía era lastimarse sola, pero de repente, el brazo la fue soltando poco a poco y tuvo un terrible presentimiento, ella sabia quien la había detenido con tanta violencia
-¿Os-Oscar? ¿Qué quieres? ¡Eres tú, suéltame! ¡Suéltame, me haces daño Oscar!, se que eres tu, reconozco tu presencia donde sea, no me intimidas, suéltame…
-pero ¿Por qué Marisol? ¡Yo te amo!- le dice mientras la voltea para verla a la cara -te juro que Irma solo es un pasatiempo, un modo fácil de obtener todo lo que me merezco, y cuando lo obtenga tu serás mi reina, ¡yo te amo a ti! ¿Comprendes?
-¡no! No comprendo y no quiero comprender, no me importa, ¿Qué no entiendes que Irma es mi amiga? Yo no voy a ceder a semejante canallada, además… además– dice mientras intenta retener las lagrimas que amenazan por salirse de los ojos- además yo no te amo a ti
-¿además que? ¡No, tú me mientes! ¡Me engañas!- loco del dolor de esa verdad escuchada de los labios a la mujer que mas aprecia, sujeta de los brazos a Marisol, jaloneándola le grita -¡no eso, no es verdad! ¡Tú me amas! ¡Me amas! ¿Entiendes? ¿Por qué no dices la verdad que ambos sabemos?
-no, no se de que me hablas, déjame, ya te dije que no te amo, no puedes obligarme a amarte- dice mientras se muerde el labio, pues sabe que él dice una verdad que ella intenta ocultar al mundo y en especial a ella misma- además a ti no te importa lo que pase en mi vida
-¡no me grites eso! Tu sabes que te conozco desde que somos niños, te conozco mejor que nadie, por eso te amo, pero tu no quieres reconocer que amas al guitarrista ese, ¿verdad? Igual que las demás te enamoraste, caíste a sus pies como todas, ¡eres igual a ellas!...
-¡cállate! ¡Cállate ya!- grita desesperada, se sujeta fuertemente la cabeza, y grita con un dolor salido de sus entrañas- ¡cállate, déjame en paz, desaparece de mi vida! ¡Yo haré lo que me venga en gana!
-¡no! Tu harás lo que tu destino te ha designado… me voy, pero te acordaras de esto.
Oscar se dio media vuelta y se fue, mientras pensaba que en los ojos de Marisol había un brillo que nunca antes había visto, le había dado miedo, no pudo ver mas esos ojos que lo habían hechizado, nunca había soportado la mirada de ese par de ojos oscuros, iguales a… ¡iguales a los del guitarrista! Ahora tenía muchas dudas y un misterio delante de si. Pero en esa discusión, ninguno de los dos se percato de que alguien los observaba. Había comenzada la intriga, ambos estaban envueltos, pero ninguno sabia hasta que punto.”…
El grupo de chicas, se enderezo, y algunas rápidamente se fueron cuando vieron que Ellen, la chica que rodeaban no pronunciaba una palabra mas. Algunas mas que se habían quedado alrededor de ella esperaban que continuara narrando, en especial Fabiola, una chica de largo cabello castaño y ojos verdes, que era una asidua oyente de Ellen, pues admiraba la manera en que la envolvía en sus historias, sin embargo por eso siempre llegaba tarde y ese día no seria la excepción. Samantha, la chica que acompañaba a ambas a su casa, se apresuro a recordarles lo tarde que ya era…
-¿y después? ¿Después que?- pregunta febrilmente Fabiola, con la esperanza de convencerla a reanimar la narración
-la verdad Ellen, tu gusto en historias cada día mejora, pero no me daré por satisfecha hasta que superes esa etapa de darles redención a todos, no hay nada oscuro en ellas- dice Sam, mientras empieza a guardar sus cosas- aunque no la pude oír completa ¿me podrás contar lo demás después?
-bueno Samantha, no te perdiste de mucho, así comienza la historia de un trovador, de un guitarrista y la típica damisela en desgracia, pero no te voy a contar mas por el momento…
-¡ay, que lindo! ¡Amor del medioevo! Caballeros, damiselas, torres, brujas- dice emocionadísima Fabiola –no sabes como me encantan tus historias por eso. ¡Podría pasarme toda la tarde oyéndote!
-pues en realidad, Fabiola, eso es lo que hemos hecho, tenemos que irnos rápidamente, por que ya van a cerrar la escuela y pronto va a oscurecer.
Saliendo de la institución Fabiola habla emocionadísima, mientras Samantha la oía, sin hacer comentarios, pues estaba observando a su amiga Ellen, últimamente la había notado muy distraída, meditante, y le preocupa. Sin embargo cuando se había decidido dejarla hasta su casa, sonó el celular y no tuvo tiempo pues cuando colgó, ambas chicas se habían ido, ya platicaría con ella profundamente al día siguiente… Si la veía.
Así era como Ellen llevaba su vida normal, tenia en la cabeza muchos conflictos imaginarios, damiselas en desgracia y demás, pero últimamente tenía la sensación de que algo la llamaba, era un llamado urgente, con desesperación oía esa voz, que le rogaba ayuda, sin embargo no sabia de donde venia, y eso le causaba pavor.
Esa tarde Ellen, caminaba mas melancólica que nunca, al dirigirse a su casa llevaba ya la cabeza llena del amor frustrado de su protagonista Marisol, pero ni siquiera ella, que tenía una gran imaginación creería lo que pronto le sucedería. Jamás creería verse envuelta en una historia de dimensiones tan complejas como la que ya hilaba dentro de su mente, ahí donde se encontraba el guitarrista, el chico de sus sueños, pero mas pronto de lo que se imaginaba, ella viviría una historia que la rodeaba desde antes de su nacimiento y poco a poco se acercaría a ella al punto de chocar con ella… literalmente hablando.
Al dirigirse a su casa, caminaba sola, ocupada con el embrollo de su mente y el dolor clavado en su corazón, no se dio cuenta de que venia en dirección contraria a gran velocidad un chico que obviamente no la había visto. Sucedió lo inevitable, ambos chocaron, ambos cayeron, y ambos quedaron aturdidos, pero el primero en reaccionar fue él, que inmediatamente se levanto y se detuvo para ayudar a levantar a Ellen, que aun seguía en el piso.
-¡ay, eso me dolió! ¿Te parece una manera correcta de caminar?- reclama Ellen, echa una furia levanta la vista hacia su agresor -¡OH, por Dios! –exclama al ver la mano extendida frente a ella.
-la verdad no, ¡discúlpame chica! Vengo un poco alterado, tienes razón, no me fije por donde caminaba, permíteme ayudarte- habla atropelladamente, sin embargo aunque extendía la mano Ellen aun no la sujetaba, por lo que extrañado lentamente comenzó a bajar la mano – disculpa… no fue mi intención
Justo antes de que terminara de bajarla, sintió la calidez de una mano que le sujetaba con fuerza y una sensación de felicidad recorrió su cuerpo, rápidamente la ayudo a ponerse de pie y a recoger sus cosas cuando le vio la cara.
Nunca lo hubiera creído, era una chica bellísima, pero lo que mas impactaba en esa piel morena, tersa y delicada eran sus ojos color azul que resaltaban dentro de ese rostro de facciones delicadas, bellamente coronado de un larga cabellera azabache que se había soltado del peinado de su dueña al momento de caerse.
Para él, eso era una aparición celestial, sin embargo algo la hizo soltarla, era un sentimiento de respeto que se imponía a tenerle, pero también había cierto grado de temor por tocar algo prohibido.
Algo parecido le sucedía a ella, nunca había visto unos ojos tan negros, como los de él, sin embargo sus manos grandes le causaban admiración, todo él estaba lleno de una belleza fiera, una hermosura comparada solamente con la de una bestia -salvajemente guapo- pensó, pero de repente se dio cuenta que ya antes lo había visto, y le surgió la sensación de que serian condenados si alguien los llegaba a ver juntos.
Permanecía en el aire una especie de aceptación de ambos, como si desde siempre hubieran esperado ese momento, el de volver a encontrarse, ambos se entendían y Ellen sintió que una fuerza superior la invadía, y rápidas imágenes pasaron por su mente. Delante de sus ojos se desarrolla una gran masacre, y en medio del fuego es quemada una inocente acusada de ser una hechicera. Fue demasiado para ella y se desvaneció, caía nuevamente al piso, pero esta vez inconsciente.
Lo que se había desarrollado en esos momentos desconcertó al chico, pero se sintió terriblemente preocupado cuando vio que la chica que estaba admirando se desplomaba nuevamente desvanecida. Alarmado, se abalanzo hacia ella aunque sabia que no debería de hacerlo, pero había que actuar rápido.
Alcanzo a evitar lo que hubiera sido una aparatosa y dolorosa caída. Suavemente la recostó, mientras alzaba sus cosas y las revisaba en busca de una dirección, y lo que halló, lo sorprendió, pues entendió que era una chica que había sufrido mas de la cuenta, se dio cuenta de que era la chica que hacia poco tiempo se había quedado huérfana, pues sus padres habían muerto en un severo accidente automovilístico.
Rápidamente la cargo en brazos y la llevo a su casa, las sombras de la noche que lo envolvían lo ayudaban, para que la gente no se diera cuenta de lo que sucedía y surgieran malos entendidos. Pero al llegar a la casa, no se encontró la manera de entrar, pues hallaba las llaves, así que intento reanimarla, pero no sabía como, además tenía miedo, miedo de perder a esa chica, a esa desconocida que le recordaba muchas cosas imaginarias.
Poco a poco Ellen fue abriendo los ojos, para gran alegría del chico y lo primero que ella vio fue nuevamente ese par de ojos negros, oscuros y penetrantes, lo que le provoca una serie de sensaciones diferentes entre si, pues al mismo tiempo le daban pavor, pero también un placer y una alegría indescriptible el volver a verlos.
Cuando él le pidió las llaves, ella dócilmente se las entrego, pero después alarmada se dio cuenta de que en ese estado seria capaz de darle lo que quisiera, pero basto una sonrisa de él para desvanecer esas alarmas que había creado instintivamente alrededor de él.
Abrió la puerta con una agilidad sorprendente y volvió por ella, no permitió que caminara, la sujeto por la cintura y la levanto con tal presteza, como si cargara una pluma, nunca pensó que fuera así de fuerte, se veía indefenso con ese cuerpo tan delgado -vaya que las apariencias engañan- pensó Ellen.
Entraron a la casa, como dos recién casados y a ambos los rodeo un sentimiento de nostalgia. Cuando él la depósito suavemente en el sofá se dio cuenta que estaba abrazada a su cuello y lo veía como lo haría cualquier enamorada. El rubor tiño sus mejillas, jamás pensó que podía llegar a ser tan atrevida.
Él no se fue, se sentó a un lado de ella y le acariciaba los cabellos con la misma ternura de un padre a su hija. Ninguno de los dos hablaba, ambos se veían, esa sensación que los recorría los llenaba de satisfacción. Era una sensación electrizante, ella esta recostada en el sofá y cuando vio que el rostro de él se le acercaba no hizo el menor movimiento, se dejo besar, era un beso que sorprendía a ambos, ¡ninguno de los dos se conocía ni el nombre!
Poco después se enderezaron y ella quedo cómodamente recostada en sus brazos, se dejaba mimar como cuando sus padre lo hacia, se sentía segura con él cerca. Cuando empezaron las explicaciones, él fue el primero en hablar, no la soltaba la abrazaba fuertemente contra su pecho, como si tuviera miedo a perderla, ella no se quejaba, lo único que quería era que ese momento durara mucho tiempo mas, sentía que algo le devolvía las fuerzas de vivir que estaba perdiendo desde la muerte de sus padres adoptivos.
-perdóname- dijo el mirándola directo a los ojos- no lo pude evitar, tus ojos me hechizaron, no quise ofenderte…
-no, no fue problema – dice Ellen mientras se abraza con mas fuerza aun a el- sabes siento haberte gritado, yo también tuve la culpa, pero tampoco quiero que pienses que hago esto con cualquier desconocido. No soy así, es como si una fuerza superior me dominara, como si te conociera desde antes… me llamo Ellen
- a mi me sucedió lo mismo, me dicen Kyou, pero mi verdadero nombre es Daniel, aunque la verdad creo que el destino nos tenia preparado este encuentro. El destino o una fuerza superior a nosotros…
Así se encontraban uno junto al otro, platicando y riendo juntos, creando lazos de amistad, lazos más fuertes de amistad y amor. Una relación muy estrecha entre ellos surgía, una relación que tendría que pasar duras pruebas para llegar hasta el final.
Inesperadamente un ventarrón se coló por la vetan y enfrente de ellos, se formo un pequeño torbellino con el rostro de una persona. Se levantaron con la intención de esconderse, él la quería proteger a toda costa y ella tenia que huir, pero algo lo tenía pegados al piso, no podían moverse de ahí, pero no tenían miedo, estaban juntos y se enfrentarían a lo que la vida les había preparado.
Una estruendosa y potente voz se oyó: se han hallado al fin los dos amantes separados por la traición de una alma oscura y la injusticia del poder humano y religioso de esos tiempos, ha llegado la hora de que busquen y recobren lo que les pertenece, así las cosas volverán a su cauce natural y volverán de donde han venido.
Es lo ultimo que recuerdan ambos amantes, ha llegado el alba de un nuevo día y ambos están abrazados en el sofá, pero algo nuevo marca sus cuerpos la figura de una rosa… es como un tatuaje que desde siempre ha estado ahí, es mas, no se imaginan su brazo sin esa imagen, pero la de el es negra mientras que la de ella es blanca ¿Qué querrá decir esto? Se preguntan ambos.
Pero no hay tiempo de indagaciones se hace tarde y hay que ir a la escuela. Se dan cuenta que la casa esta diferente a la noche anterior hay una recamara para cada quien y no solo eso, sino que ambos viven juntos, al parecer de mucho tiempo atrás, pero ¿Qué, como o cuando? Es algo raro, pero extrañamente normal para ellos.
Rápidamente se bañan, desayunan juntos y eso es algo normal, solo les falta cambiarse la ropa para asistir a clases, donde nuevas sorpresas los esperan, ha dado inicio la búsqueda de la verdad oculta, entre la vida y la muerte están envueltos y alguien tiene que sufrir, pero ¿Quién será el enemigo?
Ya en el camino hacia la escuela, van juntos y charlan animadamente, aunque a ellos les parecía de lo más normal a Samantha que siempre esperaba a Ellen le pareció extraño, pues a Daniel jamás lo había visto y era raro que se llevara tan familiarmente con Ellen. No dijo nada y se adelanto para alcanzar a Fabiola, y para ver bien al misterioso chico que acompañaba a su amiga.
Se llevo una gran sorpresa, era muy guapo, en verdad, pero le dolió ver que su amiga ni se percataba de ella. Un sabor amargo le lleno la boca, pero no dijo nada, era mejor la felicidad de ella, que tanto había sufrido, pero algo la mantenía alerta, atenta a lo que alrededor de ella sucedía
No había necesidad de preguntas, era claro que se conocían, pero como o cuando eran preguntas que no tenían respuestas lógicas. Por el modo de tratarse deducían que eran íntimos amigos, pero aun así Samantha seguía teniendo un sentimiento indefinido en ella, era como el dolor y la angustia, eran unos remordimientos que crecían cada vez que veía a Daniel junto a Ellen ¿pero porque? Se preguntaba ella
Como todos los días, al finalizar clases decidieron verse en la cafetería de siempre, aunque Fabiola y Samantha primero fueron a la otra cafetería, tenían cosas de las cuales hablar y que no querían que Ellen oyera. Les dolía su relación con Daniel, además por mas que intentaron, ella solo dijo que lo había conocido ayer, pero a ambas chicas eso les parecía ilógico -es como si sus almas estuvieran conectadas desde un pasado cruel- comento Fabiola. Samantha solo comento que parecía que el chico vivía con Ellen, y que asistiría a clases con ellos, al parecer era un primo, pero no le comento nada acerca de los sentimientos que le despertó y mucho menos que no creía ni una sola palabra de la supuesta relación familiar que llevaban.
Cuando decidieron ir con Ellen, ya el resto de las chicas que el día anterior se encontraban oyendo la historia se encontraban hoy acomodadas alrededor de su amiga, pero para felicidad de ellas, Daniel no se encontraba ahí. La historia ya tenia un buen rato de haber comenzado, cuando se enteraron Fabiola no pudo evitar dirigirle una mirada de reproche a Samantha que fingió no verla.
…”Entonces sucedió, ahí estaba el, como todas las noches tocando nostálgicamente su guitarra, a la luz de la luna. Marisol no sabia que la había impulsado a salir, pero no quería saberlo, cuando lo vio se pregunto si el se daría cuenta de su presencia, ya había ido varias noches a verlo, y al parecer el tocaba a alguien que se encontraba mas allá de su vista.
Cuado volteo, se dio cuenta que su amiga Irma estaba ahí, la veía furiosa. Marisol se espanto pero Irma no dijo nada, solo se volteo y se fue corriendo, no había que hacer, tenia miedo ¿seria capaz de delatarla? Se preguntaba ansiosamente.
De repente se dio cuenta que todo estaba en silencio, no había ruidos y no supo que hacer, se quedo inmóvil, veía que algo se movía, pero entre las sombras no reconocía a nadie y mucho menos oía algo que no fuera el latir desesperado se su corazón. Tenia miedo, quería seguir oyendo a su guitarrista, opero al parecer Irma lo había ahuyentado.
-¿Qué haces aquí?- pregunto el guitarrista a sus espaldas
-¡ah! Perdón – dice sobresaltada - yo, yo venia siguiendo a una amiga, yo perdón - dice Marisol, mientras se voltea y se da cuenta que de cerca es mas guapo de lo que imagino, pero al ver sus ojos sabe que su alma se quedara prendado a él, por siempre
-tu eres la chica que viene en las noches a espiarme, ¿no? No te preocupes no te voy a hacer daño, hacia mucho tiempo que te veía y quería hablarte, pero tenia miedo de que me rechazaras… no me conoces, pero no te vayas, quiero saber tu nombre, el mío es Gabriel
-no… yo no… ¡nunca!-exclama vehemente Marisol- yo soy la que debe agradecerte el favor que me haces al dirigirte a mi… me llamo Marisol y me gusta mucho tu música por eso vengo todas las noches a oírte, tenia miedo d que me vieras y me echaras
-gracias, gracias Marisol, pero no toco por la belleza de la música, toco para desahogar la tristeza de mi alma- dice cabizbajo
- pero… pero ¿por que tocas con tanta tristeza a la luz de la luna? podrías tocar en la corte del rey y te iría mejor, aunque me dolería en el alma dejar de oír tu melodiosa voz
-no puedo, la verdad no puedo, me duele recordar lo que me orillo a esto- grita con entre cortada voz.
-por favor cuéntame, mi madre siempre me decía que las penas solas matan el alma, pero compartidas amistades crea… por favor, déjame ayudarte. Confía en mí.
-sucedió hace mucho tiempo, yo era el heredero al trono de mi reino- al ver la cara de sorpresa de Marisol le dice- no te preocupes ni te sorprendas, yo me fui de ahí, por que era infeliz, podrás vivir rodeado de riquezas, pero nada te llena ese vacío en el corazón, siempre falta de todo si no estas con la persona amada.
-¿no te permitieron casar con la chica que amabas?= pregunta Marisol, pensando que le dolía hacer esa pregunta, pues si era así, ella sabia que nunca tendría oportunidad en el corazón de él, - ¿fue eso lo que te sucedió?
-no, yo tenia derecho a encontrar a la mujer que amaba, pero ella murió, así que hice de todo, incluso lo que estaba escrito en los libros prohibidos con tal de revivirla, pensé ideas descabelladas con tal de no perderla, incluso, intente venderle mi alma al mismo diablo, pero no podía, algo me decía que alguien llenaría mi corazón de verdadero amor y eso me daría plena paz
-entonces, ¿por que estas aquí?- le dice, mientras toma sus manos y las acaricia, como una madre cuando aconseja un hijo - tu no debes estar aquí, mereces recobrar lo que es tuyo por naturaleza
-no puedo, desde ese día, empecé a caminar sin rumbo fijo, además se que mi padre me busca deseperadamente pues el esta gravemente enfermo. Pero cuando llegue aquí te vi y te he seguido, sin embargo, tengo miedo de perderte ti también- Marisol lo ve a los ojos preguntándose que tan cierto era l que vivía, le parecía un sueño hermoso - me conformaba con verte solamente, pero ahora que he oído tu voz se que no puedo vivir sin oírla nuevamente, me tengo que ir pero no puedo irme si ti, pero tampoco puedo llevare conmigo porque se que tu no mereces el poco amor que te puedo brindar… no es justo
-¡no por favor! déjame ir contigo, llévame a donde sea que vayas, déjame estar a tu lado y acompañarte a donde sea, no me importa tener que sufrir, con que me quieras como yo a ti me basta, no me digas que no me quieres, por que yo te amo, desde el día en que vi tus ojos, me di cuenta que sin ti no podría vivir… por favor, no me abandones
-pero en tu casa te buscaran- dice el un poco esperanzado- ¿Qué harás si eso sucede? ¿No te importa dejar a tu familia por irte conmigo?
-no importa, mis padres no son mis verdaderos padres, me encontraron en este río, no me tratan muy bien, ellos serian capaces de venderme con quien sea, con tal de deshacerse de mi… por favor- conmovido por las lagrimas de la chica le dice que vaya a su casa y se prepare, al rayar al alba la buscara junto con las personas que madrugan para oír la primera misa, -aunque este cubierto tu rostro, te reconoceré por esta rosa blanca que te doy, no te preocupes todo saldrá bien- le aseguro, pero había empezado contra ellos una conspiración de dimensiones que ni siquiera sospechaban
Marisol no sabia que Irma estaba enamorada de Gabriel, mucho menos sospechaba que ella seria una gran enemiga suya a partir de ese momento, pues los separaría a toda costa, ella necesitaba a Gabriel, no permitiría que nadie se, lo quitara, menos Marisol…”
Inesperadamente Ellen interrumpió el relato, todas se quedaron calladas, nadie sabio que había pasado, solo Samantha que había volteado junto con ella recogió sus cosas y salio corriendo. No lo podía creer ¿Qué se creía el? Fabiola no entendía nada de lo que sucedía, pero al intentar al alcanzar a Samantha, comprendió todo, ahí recargado en el dintel de la puerta estaba Daniel, observando embelesado a Ellen.
Nadie dijo nada, algunas empezaron a recoger sus cosas, pero inesperadamente Ellen prosiguió con la historia, para sorpresa de todos incluso de ella misma, ese día se había propuesto contar la mitad de la historia, pues seria la ultima que contara el resto de su vida.
Pero ahorra esta historia, que cada día se hacia mas nítida en su mente tenia algo nuevo, era una historia muy diferente, era como si fuera parte de ella misma, en ese momento se dio cuenta que era una historia casi real, casi vivida por ella, en una soledad aplastante.
Pero ahora ya no estaría sola, las cosas habían cambiado, Daniel estaba a su lado, en su mente las cosas se reacomodaban lentamente, lo que había sucedido la noche anterior lentamente quedaba olvidado, guardado en un rincón de su mente, esperando el momento de resurgir y terminar lo que empezó, en ese momento era como si no hubiera sido importante, para Ellen lo importante era lo que seguía después de esto.
Incluso en ese momento ella sabia que lo que pasara no tendría importancia estando él ahí, eso le daba animo para proseguir al ver que muchas empezaban a irse, decidió proseguir con la historia…
…”al día siguiente, Marisol estaba lista para irse, no tenia recriminaciones hacia nadie, ni a ella misma, incluso el sol que brillaba con tanta intensidad parecía estar alegrando la vida de los demás hombres, entonces recordó a Irma, era su única amiga. Iría a despedirse de ella y a explicarle lo que paso, pero en el camino al detenerse a saludar a algunos monjes dio inicio el camino de su larga pesadilla.
No sabe lo que sucede, pero los monjes la detienen, no la dejan moverse y la golpean repetidamente en la cabeza, es infinito el dolor y ni siquiera sabe de que se le acusa o por que la maltratan tanto, es tanto el dolor y la desesperación de la chica, que su mente busca una salida fácil de esa terrible situación, -están horriblemente equivocados- piensa antes de quedar inconsciente.
Irma lo ha visto todo y no la ayuda, esta feliz, pues a ayudado a capturar a la hechicera que andaban buscado, le duele por que es su amiga, pero su ambición puede mas que sus sentimientos humanos, sabe que su mala acción algún día será vengada, pero no le importa, quiere obtener lo que se merece, y Gabriel es lo que ella cree que debe de tener
Mientras tanto, Gabriel espera impaciente a Marisol, no llega y el tiene que partir, se desespera y a punto e lanzarse a todo galope lejos de ahí, lejos del amor de Marisol, la ve cubierta de la cara, tal y como se lo indico, sin detenerse a pensar rápidamente va hacia ella y a todo galope la jala y se la lleva consigo, unas mujeres alarmadas dan gritos de miedo, pero inmediatamente voltean y le dedican una picara sonrisa a la pareja que se pierde en el horizonte.
Marisol llora angustiada, ha despertado de su inconciencia, su situación no ha mejorado, incluso ha empeorado pues ahora los monjes la tienen atada de pies y manos, no se puede mover, salvajemente la insultan y abofetean. Nadie la oye, pero de repente se abre puerta y delante de ella esta el abad del pueblo, inocentemente cree que él la salvara, sin embargo algo le oprime el corazón, no cree que sea algo bueno, y no tardara en comprobar que el abad es peor que aquello monjes lujuriosos que la rodean.
El abad camina lentamente y al detenerse junto a ella le levanta el rostro con infinita calma y ternura, Marisol tiene miedo, pero al ver la mirada sabia y profunda del anciano, se relaja. Es demasiado tarde para percatarse de su error, por que lo que ella confundió con ternura era un odio despedazarte, le sujeta la cara y se la escupe. Se aleja, para desconcierto de todos, lentamente gira sobre sus pies mientras Marisol llora, pensando que nada peor le puede suceder, pero esta terriblemente equivocada
El abad tiene una maléfica sonrisa dibujada en el rostro, y empuña un látigo, salvajemente azota una, dos, tres veces el cuerpo de Marisol, la ropa se empieza a rasgar… -¡por amor de Dios, parad, parad!- Gime desesperada con las pocas fuerzas que le quedan –me hace daño, señor abad ¡tenga piedad de mi!, ¿Qué no lo comprende acaso? Deténgase, que comete un error, una salvajada, por piedad pare- pero Marisol comprende aterrada que no desistirá.
Lo comprende demasiado tarde ahora que ha visto la sonrisa lasciva que se ha dibujado en el rostro del abad – ¡no! - grita mientras se intenta soltar de los amarres, pero solo consigue lastimarse las muñecas, mientras ese pervertido abad hace caso omiso a sus gritos desesperados y desgarradores. En un santiamén se encuentra a lado de ella y ordena que la desaten.
Una esperanza se asoma, Marisol se aferra a esa idea, pronto la dejara ir, pero los monjes aun la golpean sin piedad y han terminado de quitarle la poca vestimenta que le quedaba, entonces ríen maliciosamente –no, no, eso no- grita desesperadamente, sabiendo lo que le pasara ahora -por favor no –sin embargo ya se encontraba encima de su cuerpo desnudo uno de ellos –son peor que unos pervertidos pecadores ¡malditos!- exclama, intentando zafarse de esos brazos pero es inútil.
Con sus ultimas fuerzas grita –ustedes no son siervos de Dios ustedes son unos hijos del demonio, que Dios vea sus actos y los maldiga el resto de sus días – sin embargo una terrible bofetada ahoga sus gritos – ¡calla maldita perra!- oye, es terrible,-¿como pueden ser capaz de tener tan bajos instintos? Se pregunta, pero no puede mas, no sabe de que se le inculpan pero prefiere morir antes de seguir viviendo ese infierno.
Uno tras otro están sobre ella, mientras los demás observan y ríen, algunos inclusos se masturban frente a ella y la obligan a satisfacerlos oralmente. No puede más pero inclusive el abad pasó sobre su cuerpo antes puro y virginal, ahora se encuentra ultrajado, quebrantaron sus esperanzas ese día, ahora comprende que el infierno se encuentra entre los hombres y que ella ha perdido toda la fe en el Dios que predica ese abad que goza besando sus pezones mordidos y arañados por los que ya pasaron por ella.
Ya no es la misma chica inocente de anoche ahora es una mujer destrozada física y moralmente que ya no puede sentir mas dolor. Un rencor amargo le sube desde sus entrañas, lo único que quiere hacer es matar a todos esos malditos y después morir. No entiende por que a ella, no comprende que ha sido objeto de la ira de su amiga…
Gabriel ya no puede mas, necesita estar a solas con Marisol, sin embargo ella no a dicho una palabra en todo el camino y a el se le sobrecoge el corazón, tiene la terrible sensación de que esta perdiendo algo, lentamente disminuye la carrera. Se detiene a la orilla de un hermoso río, donde se encuentran cuidados muchos rosales, pero el que mas destaca de ellos es un rosal negro, se ha bajado del caballo, no sospecha ninguna traición por la que cree su amada, sin embargo…”
Inesperadamente interrumpe el relato, Ellen no puede más, gruesas lágrimas corren por sus mejillas. Algo extraño le sucede, intenta levantarse, pero no puede, no se siente con fuerzas… los recuerdos invaden su mente. Daniel que lo ha visto todo lo comprende inmediatamente.
Corre angustiado hacia ella, a el le pasa lo mismo, sin embargo al abrirse paso entre la multitud algo lo detiene, -¿que sucede aquí?- se pregunta. Pero no tiene tiempo para detenerse a analizar que hay en todo esto. Al llegar junto a Ellen, le toma el pulso, todo se esta normalizando para alivio de todos.
Sin embargo tiene unas ansias inmensas de pasarla a solas con ella, no soporta que alguien la vea así, y le preocupa la salud de la chica. así pues decididamente la toma entre brazos, mientras ordena que alguien traiga las cosas de la chica, Fabiola rápidamente se ofrece a acompañarlos y toma la mano de la chica desvanecida y su cosas, le preocupa el chico que la carga con tanta familiaridad pero le preocupa mas su amiga.
Samantha desde lejos ve como sus dos amigas están con ese chico, y se de cuenta de que Ellen no se encuentra bien -¿pero que sucede? ¿Que tiene Ellen?- corre alarmada hacia ellos. No importa ese rencor que le tiene al chico, el no las va a separar por nada del mundo.
Impaciente el chico la lleva a su casa, el recorrido se les hace a los tres bastante largo, y en todo ese tiempo Ellen no abierto los ojos. Saben que eso no es normal, así como Samantha sabe que es extraño que Daniel tenga una copia de la llave de la casa de Ellen, pero no dice nada, por que piensa que lo mejor es dejarlo así… por el momento.
Daniel, no puede mas, esta desesperado; él cree que a Ellen le pesa narrar esas historias tan descriptivas, para ella a de ser un esfuerzo sobrehumano… sin embargo para alivio de todos Ellen abre los ojos, Fabiola suspira mientras le cuenta a Samantha lo que ella vio. Pero al voltear se dan cuenta que Daniel besa profusamente a Ellen, esta feliz y llora de alegría por tenerla consigo, no le importa lo que digan las chicas que se encuentran ahí, finalmente el deseo y el sentimiento de perdida se apodaderarón de el, y la única manera que conoce para deshacerse de esos sentimientos es besándola, esos labios suaves y dulces le quitan el mal pesar a cualquiera,
Al llegar a casa de Ellen
…”Lejos del pueblo, queman a una inocente joven falsamente acusada de herejía, se han dado cuenta del error, pero ya es demasiado tarde, ella acepto la culpa…